lunes, 7 de julio de 2008

En el mar. Cuento de marineros. Antón Chejov

En el comienzo del relato se percibe un cuento de marineros, de la vida en sí de aquel que vive de las olas y del temporal, de aquel que padece los malos tiempos y disfruta del buen clima, de aquel que contempla más que nadie el cielo y siente más que cualquier otro el viento sobre su rostro. Es lo que sobre líneas se puede llegar a interpretar como un cuento simple, como la historia uno. Pero pronto esta impresión comienza a tornarse una simple introducción y es en ese momento que la historia dos entra en acción. Los agujeros en la pared se reflejan como la cerradura de una puerta en la que, por medio de ella podemos espiar y ser espectadores de una vida ajena. Es así lo que Chejov muestra en esta historia dos, la relación de la novia, el joven pastor y el ingles, alto y rollizo. Los gestos que se describen logran que nosotros, los lectores, nos centremos en el nudo de la historia, en la imaginación de aquellos gestos y la propia interpretación que tomamos de ella.

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